

Por fin llega mi feria preferida en el mundo, esa que me emociona hasta los huesos y me hace palpitar muy fuerte el corazón: EXPOARTESANO vuelve a habitar Medellín, celebrando su dieciseisava edición.
Primero, para quienes no la conocen, quisiera contarles un poco de qué se trata. Expoartesano es el lugar que reúne, durante diez días, a los maestros artesanos más talentosos de todo el país. Recibe a más de 600 creadores y comunidades artesanas provenientes de distintos territorios de Colombia.
Plaza Mayor es el espacio que nos acoge, entretejiendo la historia de nuestro país a través de sus oficios y objetos artesanales. Una historia contada a muchas manos: manos indígenas y campesinas, que nos recuerdan la sacralidad de nuestro pasado nativo, y manos creadoras contemporáneas, que sirven de puente entre ese pasado ancestral y nuestro presente. Un presente que nos invita a tejer juntos para seguir escribiendo nuestra identidad: poderosa y mágica.
Leyéndome podrían pensar que me desbordo en adjetivos y poética, pero Expoartesano es justamente eso: una poesía que se vive con cada uno de los sentidos del cuerpo. Si la recorren con calma y se saborean hasta el último stand, podrán sentir la diversidad y belleza de nuestro país y su cultura. ¡Se los prometo!
"Entretejiendo la historia de nuestro país a través de sus oficios y objetos artesanales. Una historia contada a muchas manos"
Durante los días de la feria podrán no solo comprar piezas únicas, realizadas por cada comunidad y creador, sino también conversar con ellos, conocer sus culturas y territorios, y escuchar las historias que, desde cada rincón de Colombia, han preparado durante meses para contarnos.
Y es justo en ese tiempo que cada artesano ha dedicado a la creación de sus piezas, que quiero hacer especial énfasis hoy.
Los objetos artesanales vienen a contarnos que el origen de las cosas siempre se gesta en la tierra, desde donde nacen los materiales con los que son creados: fibras naturales, barro, madera, cuero, piedras y minerales. Estos recursos son cuidados, cultivados y recolectados con cuidado por cada comunidad en sus territorios. Detrás de ello hay un conocimiento profundo, transmitido de generación en generación, que guarda las creencias e historias de sus comunidades.
A veces, incluso, estos saberes son recordados, como en el caso de Ana Jiménez de Taller sin Borde, una creadora contemporánea que supo que sabía martillar piedra desde la primera vez que sostuvo una entre sus manos.
Si nos detenemos un momento a pensar, veremos que estos materiales —gestados en la tierra y trabajados por manos artesanas— llevan un largo camino de crecimiento. En algunos casos, como el de los metales usados en la orfebrería, ese camino puede tardar miles de años en formarse.
Una fibra de algodón escorpión, por ejemplo, nace cuando la semilla germina, la planta crece, florece, y al madurar su fruto se marchita para dar paso a la mota que se convertirá en fibra cultivada. Luego, esta fibra es preparada, hilada y finalmente tejida. Es un trabajo que puede tomar varios meses y que da origen a una sagrada mochila Iku.
Estos materiales —gestados en la tierra y trabajados por manos artesanas— llevan un largo camino de crecimiento.
Y como si no hubiera pasado ya más de una vida, cuando las piezas están listas, comienza el viaje. Las piezas se reúnen en comunidad y empieza el recorrido: primero a pie, luego en mula o canoa, dependiendo si se trata de una comunidad de montaña o de río. Después de varios días de trayecto, llega el momento de coger carretera. Y según el territorio del que provenga cada comunidad, ese viaje puede tomar distintos tiempos hasta llegar finalmente a Medellín.
Y entonces, me llegan esas preguntas que tanto me dan vueltas en la barriga:¿Cómo podríamos valorar verdaderamente el tiempo que tomó hacer cada una de las piezas que encontrarán en Expoartesano?¿Cómo podríamos agradecer la energía que cada ser puso en la creación de estos objetos?¿Cómo podríamos honrar los significados que hay detrás de cada una de nuestras artesanías?
Te dejo estas preguntas para que las pienses con el tiempo que merecen, y con ellas puedas gozar aún más tu visita a Expoartesano, del 11 al 20 de julio en Plaza Mayor, Medellín. Estaremos en el standA225 pabellón amarillo, con las piezas de nuestra nueva colección Ka’a: un homenaje a la mochila como símbolo de fertilidad y abundancia. Piezas que guardan un tiempo profundo —el tiempo que no se apura— y que hablan del andar de Tigre, de lo que recogemos y elegimos seguir cargando.