A través de la rotación controlada del pastoreo, la tierra se recupera, mejora su biodiversidad y absorbe más carbono de la atmósfera, contribuyendo así a la restauración de la vida en el territorio. Esta práctica también reduce la erosión, recupera corredores de bosque para la fauna nativa y devuelve salud a los suelos.
Por eso, elegimos cuero proveniente de fincas que practican ganadería regenerativa. Actualmente trabajamos de la mano con la finca San Pao, ubicada en Yondó, Antioquia, en el Magdalena Medio Colombiano.
Esta finca trabaja bajo un enfoque que no solo minimiza el impacto ambiental, sino que busca regenerar los suelos, los ciclos del agua y los ecosistemas locales.